El comercio electrónico deja de ser un simple canal de ventas por internet independiente, sino que comienza a ser parte misma del negocio.

Haciendo memoria, hace algo así como 20 años se producía la primera revolución logística en Chile, se construían grandes centros de distribución, se implementaban las centrales de compra y comenzaba a profesionalizarse el área. En ese entonces, se comenzaron a asimilar los conceptos de logística y a ordenar las “bodegas”. Entonces hablar de automatización era algo “de la luna”. La logística recién comenzaba a ser un problema y a conocerse. Internet comenzaba.

Han pasado 20 años, y vemos como las mismas empresas comienzan a tener dimensiones y complejidades que les hace muy difícil la administración con las mismas herramientas, comprar, reponer y despachar. Lo que siempre había funcionado de una manera ya no era tan obvio, los volúmenes crecieron (tal vez más que duplicados), los tamaños de pedidos disminuyeron aumentando la frecuencia de entrega o de abastecimiento y toda la logística se hizo más compleja. Por lo mismo, hoy ya es común escuchar hablar de automatización de procesos logísticos y de abastecimiento. Es recurrente también leer como los grandes retail invierten grandes sumas en sus operaciones logísticas y plataformas de e-commerce adaptándose a la nueva era en cadena de abastecimiento: la omnicanalidad.

El comercio electrónico deja de ser un simple canal de ventas por internet independiente, sino que comienza a ser parte misma del negocio. Las decisiones comerciales y logísticas quedan totalmente conectadas como vaso comunicantes, cualquier decisión de una las partes sin participación de las otras tendrá un impacto operacional o en la propuesta de valor hacia el cliente, y por ende expuesto a las redes sociales.

Este camino no se sustenta sin un pleno alineamiento de la planificación de demanda, la logística e indudablemente los sistemas apropiados. El nivel de interconexión de clientes, tiendas, centros de distribución requerirá de un soporte tecnológico y sistémico fuerte. Así, el posicionamiento estratégico de Supply Chain (y también la logística) comienza a ser un elemento diferenciador en las empresas ganadoras, las cuales harán las inversiones adecuadas con la debida anticipación.

La logística cambiará muy rápidamente, ya los estamos viendo no solo en inversiones tecnológicas y nuevos procesos, sino también en la atractiva mejora de estándares de operación y seguridad en los centros de distribución. Los procesos salen de las cuatro paredes del silo funcional, cruzan transversalmente todas las áreas del negocio. De allí procurar mantener la simpleza en los procesos y la complejidad bajo control.

Claramente esto tomará un tiempo que permeé a toda la industria, es clave trazar el camino con tiempo y avanzar paso a paso según la realidad de cada empresa, pero con un rumbo claro.

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